Aún recuerdo los tiempos en que no había radares fijos y muchos menos camuflados que ahora. También recuerdo que circulando a velocidades ya superiores a lo legal era frecuente viajar sin que parasen de adelantarte por la izquierda a gran velocidad, cosa que en estos tiempos ya no es tan habitual. ¿Nos hemos vuelto más responsables, o la presión de los radares y el carné por puntos nos ha hecho levantar el pie del acelerador?
Un condado de Inglaterra tuvo la “feliz” idea de desconectar todos, o casi todos, sus radares y así lo hicieron saber a la población. En pocos días todos los conductores se hicieron eco de la noticia, lo que no sabían es que las autoridades decidieron posponer la desconexión de algunos aparatos, obviamente sin multar, pero sí con objeto de extraer alguna conclusión interesante. El resultado no se hizo esperar, los excesos de velocidad crecieron un 18%.
En uno de los radares que se mantuvieron conectados sin que los conductores lo supieran, el número de conductores que superaron en cinco días las 35 mph (56 km/h) en un tramo limitado a sólo 30 mph, fue de 110, un 18% por encima de la media registrada antes de la “desactivación”. Definitivamente no deja de constatar un hecho, y es que los conductores soltamos el pie del acelerador cuando hay un radar y nos despreocupamos cuando somos conscientes de que éste no existe o no funciona.
Por no hablar de que el incumplimiento de los límites de velocidad es mucho más común en los núcleos urbanos que en autovía y autopista. ¿Por qué hacen avenidas tan anchas y bien pavimentadas que se puede ir a más de 50 km/h (y de 80…)? También estoy seguro de que muchos conductores siguieron aflojando el acelerador por inercia o por costumbre después de años haciéndolo en ese mismo tramo, por lo que si la muestra se hubiera prolongado durante semanas no me extrañaría nada que ese 18% aumentase considerablemente.
¿Creéis que retirar los radares provocaría un efecto perjudicial en los conductores? ¿Se convertirán las carreteras en el caos y la anarquía? Quiero pensar que ni lo uno ni lo otro. Pero estoy seguro de que a día de hoy nadie duda de que la represión de los radares hace que muchos reduzcan su velocidad, y que es indiscutible que el exceso de velocidad es peligroso. Pero, ¿es éste el principal problema que atañe a las carreteras y a la accidentalidad en nuestro país?
En cualquier caso está claro que el “clima” represivo que se ha impuesto en España y también en toda Europa, ha obligado por las malas a que los conductores nos auto-censuremos a la hora de pisar a fondo el acelerador. No son tiempos para ir a toda velocidad y cada vez hay menos conversaciones en las que la gente se vanaglorie de “haber llegado a Valencia en sólo 3 horas”.
Por cierto, resulta de lo más sorprendente que la propia crisis fuera la razón que obligó al condado de Oxfordshire a retirar los radares. El gobierno central recortó sus presupuestos en materia de seguridad vial y como consecuencia el condado no pudo pagar a la empresa concesionaria de los radares, que ante el impago lógicamente optó por dejar de prestar sus servicios.
Al hilo de lo cual, ¿justifica la crisis que se recorten los presupuestos en materia de seguridad vial?
Vía: Independent.co.uk | Menéame
Fotografía vía: Flickr (El Tecnorrante)