Bien es cierto que con la generalización del uso de radares fijos y móviles en nuestras carreteras se ha limitado bastante la existencia de los típicos conductores abonados al carril izquierdo y aficionados a pegarse al “culo” de aquel conductor que con todas las de la ley efectúa un adelantamiento en autovía. Aún así, la Fiscalía de Seguridad Vial aboga por endurecer la persecución contra este tipo de aptitudes que pueden ser la consecuencia de accidentes muy graves.
Para la DGT el acoso no pasa únicamente por incumplir la obligación de mantener una distancia de seguridad, por ejemplo realizar gestos obscenos, deslumbrar mediante rafagas a quien nos precede o insultar, pueden ser maniobras punibles que podrían considerarse incluso como conducción temeraria, un delito castigado con penas de hasta dos años de cárcel. El hostigamiento no ha lugar en la carretera, máxime si éste puede terminar en un accidente fatal.
La Fiscalía ha dado orden a las fuerzas de seguridad de poner especial hincapié en perseguir a estos “acosadores de autovía”, que según el propio fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, “alteran el estado psicológico del conductor, provocan tensión y desequilibrio hasta que consiguen que el conductor pierda el control”.
Sin ánimo de generalizar, hubo un día en que pensé que las berlinas de gama alta incluían un dispositivo para hacer ráfagas automáticamente cuando se pegaban detrás de ti. Lo cierto es que hoy en día me siento más acosado por furgonetas y vehículos mixtos que se me pegan por detrás que por una berlina. Cada vez que veo una furgoneta detrás un escalofrío recorre todo mi cuerpo al pensar la distancia que necesitan para frenar si llevan carga y sobretodo si el mantenimiento de neumáticos, frenos y suspensiones es tan precario como por desgracia suele serlo habitualmente.
Me imagino que os sentiréis identificados con esta situación, ¿quién no se ha sentido acosado alguna vez por un conductor que le presiona por detrás? Os animo a que compartáis en los comentarios vuestras experiencias y soluciones para mantener la calma, combatir o evitar a esta raza de irresponsables conductores.
Vía: PR Noticias
Para la DGT el acoso no pasa únicamente por incumplir la obligación de mantener una distancia de seguridad, por ejemplo realizar gestos obscenos, deslumbrar mediante rafagas a quien nos precede o insultar, pueden ser maniobras punibles que podrían considerarse incluso como conducción temeraria, un delito castigado con penas de hasta dos años de cárcel. El hostigamiento no ha lugar en la carretera, máxime si éste puede terminar en un accidente fatal.
La Fiscalía ha dado orden a las fuerzas de seguridad de poner especial hincapié en perseguir a estos “acosadores de autovía”, que según el propio fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, “alteran el estado psicológico del conductor, provocan tensión y desequilibrio hasta que consiguen que el conductor pierda el control”.
Sin ánimo de generalizar, hubo un día en que pensé que las berlinas de gama alta incluían un dispositivo para hacer ráfagas automáticamente cuando se pegaban detrás de ti. Lo cierto es que hoy en día me siento más acosado por furgonetas y vehículos mixtos que se me pegan por detrás que por una berlina. Cada vez que veo una furgoneta detrás un escalofrío recorre todo mi cuerpo al pensar la distancia que necesitan para frenar si llevan carga y sobretodo si el mantenimiento de neumáticos, frenos y suspensiones es tan precario como por desgracia suele serlo habitualmente.
Me imagino que os sentiréis identificados con esta situación, ¿quién no se ha sentido acosado alguna vez por un conductor que le presiona por detrás? Os animo a que compartáis en los comentarios vuestras experiencias y soluciones para mantener la calma, combatir o evitar a esta raza de irresponsables conductores.
Vía: PR Noticias