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          BMW Driver Training: probamos uno de los cursos de conducción deportiva de BMW

          BMW Driver Training: probamos uno de los cursos de conducción deportiva de BMW

          Hace unos días tuve una oportunidad irrechazable: participar en uno de los cursos de conducción de la escuela BMW. Una experiencia sensacional para todos aquel que “le guste conducir”.

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          (pincha las fotos para verlas en mayor tamaño)

          Te guste conducir o no, realizar un curso de conducción es algo que todos los conductores debería hacer al menos una vez en la vida, y cuanto antes mejor. Por ese motivo BMW ofrece multitud de cursos: Experiencia Off-road, Driver Training Curso de Invierno, Driver Training en asfalto, etc (más información en la web de BMW)

          En este caso la BMW Driver Training, como su nombre indica se centra en “formar conductores” y propone cuatro niveles de conducción del más básico al más alto: Intensivo, Perfeccionamiento, Conducción deportiva y Experiencia “M”. El curso que participé es el tercero, centrado en la conducción deportiva. Ya había realizado con anterioridad algunos cursos (conducción segura, conducción económica, conducción defensiva) y además de algunas tandas en circuitos también soy aficionado al 4×4 y hago mis rutas de fin de semana. Por tanto considero que este curso me venía como anillo al dedo, pudiendo avanzar en el campo de la conducción deportiva.

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          Y exactamente de eso iba el curso: conducción deportiva pero partiendo de nociones que son 100% aplicables a la vida real. La cosa va de aprender/repasar ciertas nociones básicas sobre el control de un coche, conocer mejor las leyes de la física aplicadas al automóvil y salir del curso habiendo aprendido cosas que nos permitan ganar en satisfacción para nuestra conducción diaria pero sobre todo en seguridad.

          Y que mejor que aprender directamente de expertos en la materia, ya que la escuela BMW está compuesta por gente del mundo de la competición ( Balba Gonazalez Camino -3 veces campeona de GT-, Javier Diaz, etc.) con lo que cada consejo y comentario vale su peso en oro.

          El curso se dividía en cuatro partes:


          1º Una breve toma de contacto a borde de un BMW 335i en circuito, acompañados de un instructor que tomaba nota de nuestro nivel general de conducción y anotaba nuestros errores y vicios. La intención era separarnos luego en grupos de trabajo con un nivel de conducción parecido para que el progreso del grupo fuera mayor. Durante la vuelta al circuito el monitor no te hace ninguna observación, simplemente se limita a anotar lo que ve.

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          2º Clase teórica de conducción de unos 50 minutos. En ella repasabamos los mínimos conceptos que ha de tener alguien que quiera rodar rápido con seguridad (y esto no se aprende “en la calle” como piensan algunos).

          Explicado por Alberto Rodriguez de manera comprensible para todos abordamos los conceptos de:

          -Conducción Subconsciente/consciente. También existe la “conduccion incompetente”, pero no es materia del curso :-)

          -Posicion conducción deportiva

          -Manejo del volante en curvas rápidas

          -Curvas lentas. Posibilidad de esquiva

          -Frenada progresiva y regresiva

          -Trazado de curvas

          -Aprender a sacrificar la entrada para una mejor salida

          -Control de las inercias

          -Limites de adherencia (concepto gráfico de la “elipse de adherencia”)

          -Sub y sobrevirajes: tipos

          Resumiendo, la trazada ideal de una curva consta de lo siguiente:

          -maximo angulo de giro posible

          -menor giro de volante posible

          -menos correciones posibles de la trazada (conducir “fino”)

          -Respetar los tres tiempos: frenada, giro y aceleracion

          -Evitar sub y sobrevirajes para mejorar eficacia y tiempos.

          3º Explicado todo esto, tocaba pasar a la acción. Es fácil sentirse desbordado por la cantidad de información recibida durante los 50 minutos escasos de teoría, pero en este caso del dicho al hecho no hay mucho trecho y rápidamente “se le coge el tranquillo” a la aplicación práctica de todas esas diapositivas que acabamos de ver. Lo primero era practicar una serie de ejercicios muy interesantes aunque a mi juicio de escasa duración. Sólo podíamos repetir dos veces cada uno y lo cierto es que se quedaba un poco corto.

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          Los ejercicios eran tres:

          -Slalom. La prueba consistía en realizar el típico slalom entre conos a una velocidad aproximada de 50 km/h. Como en todas las ocasiones, el monitor nos mostraba primero la maniobra, aportando consejos y recalcando la absoluta confianza que se puede depositar en un BMW con todas las ayudas electrónicas conectadas, independientemente de su potencia. En este caso y dada la baja velocidad a la que circulábamos lo más reseñable es la agilidad que aporta la dirección variable (…) de BMW que varía su desmultiplicación en función de la situación. Es importante no abusar del acelerador para que la electrónica no se manifieste en forma de “coche clavado” según vas sorteando conos. En este ejercicio poníamos en práctica la agilidad de las manos al volante y las transferencias de pesos.

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          -Prueba del Alce. La más interesante a mi parecer era esta prueba, tristemente conocida por muchos gracias a la nefasta publicidad que aportó a Mercedes al volcar uno de sus Clase A en manos de un periodista. Mercedes reaccionó inmediatamente con cambios en los neumáticos, suspensiones e incluyendo ESP de serie en toda la gama. Tuve la ocasión de realizar esta prueba con un Clase A y comprobar que los cambios surgieron efecto, siendo actualmente el Clase A un coche estable.

          Para aportar un poco de gracia a la prueba, debíamos esquivar “el alce” (los conos) hacia la derecha o la izquierda, según nos indicara el monitor en el último instante. La velocidad de entrada era opcional pero nunca menor de 70 km/h. En mi caso realicé la primera tentativa sin mucha dificultad a unos 85km/h. Como “me supo a poco” y el coche superó la prueba sin problemas realicé la segunda pasada a 100km/h. Para complicarme más las cosas el monitor me indicó que girara…..¡¡RECTO!! con lo que reaccioné echándome hacia cualquier lado con un brusco volantazo, intentando mantenerme en el carril de esquiva y volviendo al carril de nuevo (realizar la “S”) con otro somero volantazo. Esta vez si que pudimos sentir perfectamente como el ESP actuába con decisión ayudándome a no perder el control de un coche azotado por una reacción brusca al volante (también la dirección activa ayuda a corregir). Involuntariamente convertí un ejercicio en circuito a una situación que pudiera darse en la vida real: reacción brusca y sobresaltado. Por supuesto esta vez cayeron varios conos…

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          -Aceleración a fondo y frenada al límite en curva. Estos ejercicios eran los menos interesantes, a mi parecer. El primero consistía en salir desde parado acelerando a fondo en primera, segunda y tercera a la vez que se realizaba un giro cerrado en una curva del circuito. La electrónica estaba siempre presente y el coche parecía tener 150CV en vez de 300. Una vez más, los controles impedían que el coche se desmandara aunque te lo propusieras.

          El segundo aportaba más al conductor. Consisitía en circular a 100km/h y frenar a fondo mientras tomas una curva. El ejercicio había de completarse sin salirse de un pasillo de conos de menos de 3 metros de ancho. Como en la prueba del alce, el primer intento a 100km/h me pareció muy fácil y seguro, el coche no se movió ni un ápice y apenas se desequilibró la trasera por la transferencia de peso. Por ello, la segunda pasada fué a 130 km/h y la cosa cambió, aunque no se desmandó. La frenada se hizo más larga y la trasera se insinuó algo más, incluso llegué a derribar dos conos (podéis verlo en la foto, el coche 14 era el nuestro). La moraleja es que un coche sin ABS no hubiera completado la prueba de ninguna manera. Otra conclusión es que si el coche tiene ABS y frenada vectorial como es el caso de este BMW, la maniobra se puede completar con mucha más seguridad. La tercera conclusión es que si entras con un manifiesto exceso de velocidad, ni el mejor coche te salvará de tirar dos conos…o chocar contra algo.

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          4º Vueltas completas al circuito de Montmeló en grupos de trabajo (3 participantes + instructor). No disfrutamos del circuito completo, sino de aproximadamente 2/3 partes del recorrido (3.067 metros. )Es lo que se llama “configuración nacional” es decir, con su longitud recortada respecto al que estamos acostumbrados a ver en la televisión para que la otra parte pueda ser aprovechada por otro evento ajeno al nuestro.

          Durante más de 3 horas y media pudimos ir completando vueltas al trazado; a cada giro que realizábamos se iba notando como gracias a las correcciones de nuestro monitor y a que ibamos acostumbrándonos al coche y al circuito nos era posible rodar más rápido y sobre todo más fino. Al principio es fácil que los excesos con el acelerador y el volante obliguen a trabajar duramente al DSC, haciendonos perder tiempo y dejándonos un sabor de boca amargo, dando la sensación de que “el DSC no nos deja dar todo lo que podemos“. Poco a poco vamos suavizando las trazadas, apurando las frenadas, tirándonos al vértice en el momento preciso y acelerando cuando hay que hacerlo…y nos damos cuenta de que rodamos mucho más rápido y con menos esfuerzo.

          Con el paso de las horas ya habíamos ganado mucha confianza y el monitor nos permitió realizar las últimas tandas con el control de traccioón en un modo más permisivo. El coche parecía ser otro y nos permitía completar las vueltas a mayor velocidad aún y “lucirnos” un poco con el contravolante a la salida de las curvas.

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          Tras varias tandas con esta nueva configuración electrónica del coche, parecía que ya habíamos aprendido todo lo que se podía aprender, y dicho sea de paso, estabamos empezando a sentirnos agotados pero…ahora llegaba la mejor parte. Cuando estaba realizando la penúltima tanda vi pasar un coche algo diferente por la pista: todo un señor BMW M3 de 420 CV y ¡¡ también ibamos a tener ocasión de conducirlo!!

          Tras dos tandas (8 vueltas) a los mandos del BMW M3 se procedió a la entrega de unos diplomas que nos acreditaban como participantes del Cuso de Conducción Deportiva de BMW y la jornada se daba oficialmente por concluida. A partir de ahí otra media horita charlando con los compañeros sobre la experiencia que acabábamos de vivir, promesas de asistir al siguiente nivel “Experiencia M” y un montón de sensaciones de recuerdo.

          Por supuesto que una jornada entera en Montmeló con coches de estas caractarísticas da para mucho más, y en breve volveremos con más fotos, videos, sensaciones,etc. ¡¡No os lo perdáis!!