Pekin (capital del norte, en traducción literal del chino al castellano) es la capital de la República Popular China y una de las ciudades más pobladas del país, con más de 17 millones de habitantes.
También es un importante nudo de transportes compuesto por múltiples líneas de ferrocarril, autopistas y carreteras, y es reconocida actualmente como el corazón cultural, político y social del gigante asiático.
Cualquier país del mundo se está enfrentando a la escalada del precio del petróleo y China no se iba a librar de ella: el pasado 7 de abril, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma -el órgano chino de planificación económica- incrementó el precio de los combustibles en torno al 6%, dejando el litro de gasolina en aproximadamente ocho yuanes (algo más de 80 céntimos de euro).
Para los pekineses ha supuesto un duro golpe a sus economías -aunque quizá menos que para aquellas zonas del país oriental que no están tan desarrolladas-, a lo que hay que añadir otras medidas adoptadas por el gobierno local para enfrentarse a uno de los grandes problemas que sufre la capital china: el tráfico. No obstante, China es un país con mucha inventiva y, no hay que olvidar, gobernado por el Partido Comunista, lo que facilita la toma de acciones que en países como el nuestro probablemente provocarían revueltas populares.
Si hay una medida que sobresale por encima de cualquier otra, es la que anunció la Comisión Municipal de Transporte de Pekín en diciembre de 2010: el número total de matriculaciones para el año 2011 en la ciudad quedaría limitado a 240.000. Las autoridades municipales adujeron que la ciudad, en la que se vendieron 700.000 vehículos durante 2010, no puede soportar semejante ritmo de crecimiento, que ha llevado al parque automovilístico a superar los 4,7 millones de unidades.
El reparto de las 20.000 licencias que se concederán mensualmente a lo largo de este año quedó fijado de la siguiente forma: 88% para particulares, 10% para compañías e instituciones gubernamentales y el 2% para uso comercial. Además, para que un particular pueda optar a matricular su nuevo coche ha de ser residente permanente en la ciudad, militar, extranjero, residente en Hong Kong, Macao o Taiwán o, no estando empadronado en Pekín, ha pagado su impuesto sobre la renta o hecho contribuciones a la seguridad social en la ciudad durante al menos cinco años consecutivos.
Al menos aquellos que hagan su particular plan renove adquiriendo un nuevo coche no se verán limitados por esta innovadora y restrictiva medida, pero sí que les afectará en cuanto a que ahora no se puede tener en propiedad más de un vehículo.
¿Se imaginan la reacción de los vendedores de automóviles de la zona cuando se hayan visto privados de aproximadamente medio millón de ventas? Pues sí: “muchos concesionarios se verán abocados al cierre”, aseguró Su Hui, director de la Asociación China de Concesionarios de Automóviles.
¿Se imaginan la reacción de los vendedores de automóviles de la zona cuando se hayan visto privados de aproximadamente medio millón de ventas? Pues sí: “muchos concesionarios se verán abocados al cierre”, aseguró Su Hui, director de la Asociación China de Concesionarios de Automóviles.
A la restrictiva medida se añaden otras como la del compromiso municipal de no incrementar la flota de vehículos oficiales durante cinco años; el incremento de las tarifas de los estacionamientos públicos de dos a diez yuanes por hora (aproximadamente un euro); la prohibición de entrada al interior del 5º Anillo, el equivalente a la M-50 madrileña, en horas punta (de 7 a 9 y de 17 a 20 h.) para aquellos automóviles matriculados fuera de Pekín; o la posible aplicación del sistema de matrículas pares-impares, entre otras. Además el ayuntamiento afirmó que mejorará el planeamiento urbano y la inversión en transporte público.
Así las gastan las autoridades capitalinas de la que probablemente se convierta en la primera potencia económica del mundo en no muchos años; así que, si tienen pensado emigrar a Pekín, o se ponen a la cola o se compran un coche eléctrico, única forma de garantizarse la matriculación sin ninguna espera.
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