Con este post iniciamos en Diariomotor un pequeño especial dedicado a recopilar algunas de las multas de tráfico más extrañas, graciosas, impactantes o irreales que hayan aparecido en los últimos años. La primera entrega se centrará exclusivamente en multas por exceso de velocidad.
Es un tema muy recurrente del que seguramente tengamos anécdotas casi todos, más aún últimamente con las continuas campañas de control de velocidad que la DGT lleva a cabo en todo el territorio español. Tras el salto se encuentra una selección de las sanciones que más nos han llamado la atención, pero nos gustaría que tú también nos contaras tu particular anécdota.
Comencemos primeramente por las multas por velocidad puras y duras, esas que sorprenden a todo el mundo por lo desproporcionado de sus cifras. Comencemos por un caso que tenemos muy reciente: en Suiza, expertos en leyes de tráfico muy restrictivas, las multas por exceso de velocidad son directamente proporcionales al poder adquisitivo de la persona infractora.
La primera vez que oímos hablar de ellos fue cuando el conductor de un Ferrari Testarossa fue multado con 200.000 euros por ir a 100 km/h en una zona limitada a 50 km/h. La cosa fue más allá hace unas pocas semanas, cuando fue cazada persona al volante de un Mercedes SLS AMG que circulaba a 290 km/h. La sanción asciende a la friolera de 700.000 euros, una salvajada proporcional a la velocidad a la que circulaba. Pero en Suiza no son los únicos que saben circular muy deprisa por carreteras abiertas.
En todo el mundo suceden sanciones de este tipo, pero centrémonos en España por eso de la cercanía. De vez en cuando los telediarios nos sorprenden con coches que circulan a velocidades muy elevadas, como es el caso de una persona que circulaba con un Audi A8 por la Autovía de Burgos a 260 km/h, o un conductor extranjero que fue cazado a 210 km/h en un Peugeot RCZ antes de que se iniciara su comercialización.
El caso de velocidad extrema en carreteras españolas más reciente que conozco es el de un Porsche 911 Turbo que circulaba a 251 km/h por la A-6 a la altura de Bembibre (León). Según la DGT es la segunda velocidad más alta registrada por un radar, por detrás de la del A8 citado anteriormente. La tercera velocidad más elevada es 248 km/h, registrada en Trujillanos (Badajoz) al pasar un BMWSerie 5 (que no un M5) al pasar por el radar.
Dejemos ahora las sanciones por velocidad extrema puras y duras para pasar a hablar de multas inverosímiles. El caso más espectacular es uno ocurrido en Brasil, del que se hicieron eco casi todos los medios, donde una persona fue multada por circular a 880 km/h con un Volkswagen Gol de 65 CV. Sin duda, se tuvieron que alinear todos los astros para que pudiera alcanzar esa velocidad…
No menos surrealista es la multa que le pusieron en el Reino Unido a un humilde conductor de taxi, concretamente un Vauxhall Cavalier (Opel Vectra de primera generación en el resto de europa). Pagó una multa de 100 euros por circular a más de 50 km/h en una zona urbana, pero a sucasa llegó un informe en el que decía que iba a 675 km/h. Finalmente, resultó ser un error tipográfico.
Otra de estas multas inverosímiles tuvo lugar en España, concretamente en la autovía A-8 en la provincia de Vizcaya. Un autobús de BizkaiBus, el servicio de transporte público de la Diputación , fue cazado en esa carretera a 235 km/h. ¿Ilógico, verdad? Lógicamente, fue un error, puesto que el radar que lo detectó estaba mal calibrado.
No sólo los autobuses y los turimos están sujetos a estos errores, también hay sitio para las motos. Un italiano dueño de una preciosa Moto Guzzi se quedó sorprendido cuando a su casa le llegó una multa por circular a 616 km/h por el casco urbano de la localidad lombarda de Cernusco Lombardone. No sé la causa exacta pero seguramente se debiera también a un fallo tipográfico. Dudo mucho que en una pequeña localidad tengan radares en sus calles.
Un caso particular es el de un ciudadano sevillano que recibió una receta de 23 euros por haber circulado en una zona de Rotterdam a 87 km/h cuando sólo se podía ir a 80 km/h. Hasta aquí todo normal, pero el caso es que el hombre jamás había estado en esa ciudad. La multa no tenía su nombre ni la matrícula de su coche, así que todo quedó finalmente en sólo un pequeño susto.
Pasemos ahora a citar multas completamente reales, aunque no por ello menos increíbles. La más llamativa es la que aconteció en Brasil, cuando una persona minusválida fue sorprendida mientras circulaba a más de 80 km/h con una silla de ruedas. ¿No te lo crees? Pues a continuación tienes el vídeo demostrativo, sencillamente apabullante:
Ventana externa
En EEUU, la policía embargó a Michael Perridon, dueño de la compalía informática Trust, todo un Bugatti Veyron por haber doblado la velocidad máxima permitida en una vía. Lo más gracioso de todo es que no era el dueño el que lo conducía, sino su hijo de 20 años. Parece que no era consciente de que debajo de su pie derecho llevaba un millar de CV listos para echar a volar en unos pocos segundos.
Y la última, por fin, la más nostálgica de todas. Un ciudadano británico fue multado por circular a 56 km/h en una zona limitada a 48 km/h (20 mph según el sistema imperial). La particularidad del asunto es que conducía un Ford T del año 1923, plenamente operativo y con la matrícula al día, lo que permitió al radar “cazarlo”.
El conductor alegó que es imposible que un coche de casi 90 años de antigüedad alcance esa velocidad (cosa que dudo) pero el caso es que no puedo demostrarlo, así que tuvo que pagar las 138 libras (165 euros), amén de perder tres puntos del carnet de conducir. No está nada mal la broma teniendo en cuenta que sólo superaba el límite en 8 km/h.
Hasta aquí llega nuestra primera entrega del especial sobre multas. En pocos días os mostraremos una nueva entrega con más multas de tráfico, la mayoría de ellas más hilarantes que las aquí expuestas.
Fotografías: Richard Faulder | The Sun