Si para Julio del 2009 no has cometido ninguna infracción, dos puntos más en el carné: reflexión sobre el tráfico rodado
Así de sencillo nos lo pone la DGT con el sistema implantado para el carné por puntos. Desde que se creó, numerosas personas se han quedado sin el carné debido a la pérdida total de los puntos y se ha producido un decremento relativamente sustancial de los accidentes mortales de circulación. Sin embargo, todavía existen ciertas dudas sobre su eficacia.
Independientemente de eso, al cumplirse los 3 años de la imposición del carné por puntos, los conductores que no hayan tenido ni una sola infracción serán premiados con dos puntos extra dentro de exactamente un año. Para aquellos que hayan perdido algunos puntos, deberán esperar 2 años más sin infracciones para recuperar los 12 puntos originales salvo que las sanciones sufridas fueran “muy graves”, caso en el que el tiempo de “recuperación” se ampliaría hasta los 3 años.
Dentro de esta evolución, tres años después de este añadido previsto para el próximo 2009 se sumaría un último punto extra hasta alcanzar los 15 puntos, el máximo establecido para el carné actual. Aunque probablemente el que hasta ahora ha cumplido con las normas no dejará de hacerlo por tener más puntos. Perfecto el plan hasta aquí, para mí es una de las bases en las que debe cimentarse una correcto funcionamiento de un sistema tan complejo como el tráfico circulatorio: castigar el incumplimiento y premiar el cumplimiento. El asunto es si se está realizando ésto en la medida correcta.
Personalmente creo que está muy descompensada la balanza en este aspecto. Castigar se castiga, con penas lógicas de cárcel para los infractores más graves aunque sinceramente creo que realmente los verdaderos “peligros” acaban siguiendo en nuestras carreteras después de sus condenas. En este aspecto, añadiría que debería castigarse más la reincidencia peligrosa, como el caso de la “conducción deportiva bajo los efectos del alcohol”. En ausencia de daños a terceros, un error lo puede tener cualquiera pero no una reincidencia completa como en algunos casos vergonzosos. Y, por mayor vergüenza, ni quiero nombrar el caso de algún artista famoso del flamenco aunque tendría que meterme con otros temas más político-judiciales.
Por otro lado, me gustaría imaginar una ordenación circulatoria diferente. Con muchos más controles y más vigilancia, porque eso ya ayuda a que se cumplan las normas (lo sé, falta de personal en el cuerpo, medios económicos, etc) y con un premio para los que cumplan las normas a diario. Por ejemplo, con una disminución del impuesto de circulación, en la gratuidad de cursos de conducción segura o cosas por el estilo. Sanciones más caras para los infractores en proporción a sus beneficios económicos, por supuesto con tolerancia cero en tema de alcohol, podrían conseguir el recurso económico necesario para este funcionamiento.
Hablando claro, el tráfico actual es un auténtico caos, no hay más que ver las horas punta en varios puntos de medianas y grandes ciudades. Más claro queda aún que está todo organizado de forma general, como por ejemplo tiempos de semáforos, calles poco transitadas con idéntica preferencia que otras con mucha más circulación, pasos de peatones en esquinas de cruces sin regulación de semáforo (con el caos del paso de un peatón, cinco segundos y otro peatón, etc). Y no quería tocar el tema de los guardias de tráfico, pero habitualmente no hacen más que empeorar la situación y en gran medida por culpa de los conductores poco ágiles (ojo, no he dicho rápidos sino ágiles).
Yendo un poco más lejos, imagino una red vial española con diferenciación por tipos de vehículos. Compartir calzada para camiones pesados y lentos, automóviles de turismo y motocicletas a lo mejor no es una buena idea, viendo que en el caso de estos últimos el porcentaje de accidente con turismos implicados es bastante alto. Por no hablar tampoco de caravanas formadas por un tractor circulando a menos de la velocidad mínima permitida, ciclomotores de conocidos negocios de tele-comida saltándose las normas, taxistas imprudentes creyéndose los reyes de la carretera, etc. Como siempre, no son mayoría pero destacan por encima de los demás.
Y, desde luego, un cambio radical en la enseñanza de la educación vial y en las autoescuelas, donde a mi parecer hay lagunas enormes. No voy a profundizar en la visión de negocio del “aprendizaje en la conducción”, pero parece que a estas alturas, con los vehículos y las potencias que se manejan, parece increíble que en las autoescuelas no se enseñe a nadie a controlar un derrape o a conducir en condiciones de hielo en la calzada. El ESP está muy bien pero ni siempre llega ni todo el mundo lo tiene en su coche. Con bastante probabilidad acabará siendo obligatorio y avanzaremos bastante en ese sentido.
Está claro que es más fácil hablar en el aire y elucubrar de una forma algo alocada como la mía que hacerlo con las cifras y el conocimiento de las posibilidades, de recursos y según las leyes, pero todos tenemos clarísimo que se podría hacer mucho mejor. Me quejo más que aporto soluciones, pero quien debería estar devanándose los sesos es quien ha sido designado para ello, no yo.