Durante los últimos meses se ha hablado largo y tendido de los radares de tramo que la DGT tiene previsto masificar en España durante los próximos años. Hace ya año y medio que fue anunciada su introducción, pero no fue hasta octubre de 2010 cuando comenzaron a instalarse los primeros radares experimentales.
Desde entonces, funcionaban “a medias” ya que detectaban a los infractores pero éstos no eran multados, simplemente se les notificaba la infracción y se les informaba el funcionamiento de este nuevo dispositivo.
Tal y como habíamos confirmado a finales de diciembre, el 1 de febrero sería el día efectivo en el que comenzarían a cazar inmisericordemente. Por tanto, desde hoy mismo habrá que tener especial precaución en el túnel de la A-7 a la altura de Torrox y en el túnel de Guadarrama en la AP-6, lugares donde se han instalado los dos primeros.
Anteriormente se había comunicado que también habría uno en la AP-66 que une León con Asturias, pero parece ser que aún no está operativo.
Curiosamente, ayer pasé por el túnel de Guadarrama y era prácticamente imposible encontrar a alguien que circulara a una velocidad igual o inferior a 100 km/h.
A partir de hoy, a la entrada de ambos túneles afectados se encontrará la señalización pertinente que indique que se controla la velocidad mediante radar, apoyada por la señal que restringe la velocidad máxima a 100 km/h. Quien sea multado será porque quiere, ya que está todo bien indicado.
La DGT recuerda que no existen tretas legales para poder engañar al dispositivo, ya que todos los sensores de los diferentes carriles de entrada y salida a los túneles están interconectados y el ordenador de control reconocerá si un vehículo ha superado la velocidad media máxima fijada a pesar de que haya entrado y salido por carriles diferentes.
Según la legislación actual, las multas expedidas a raíz de estos radares pueden ascender hasta 600 euros y se pueden perder hasta seis puntos.
A modo de recordatorio, estos radares (que en realidad no lo son, puesto que son cámaras infrarrojas) detectan el tiempo de entrada y salida y transmiten la información a un ordenador que calcula la velocidad media que ha llevado cada vehículo mediante física elemental (velocidad=espacio/tiempo).
La información de los coches que superen la velocidad máxima permitida es transmitida al Centro de Gestión de Denuncias Automatizadas situado en León, que tramita la multa y la envía al conductor en cuestión.
Está previsto que en los próximos meses se instalen cerca de 100 nuevos radares en las carreteras del país, seis de los cuales serían de tramo. En otros países europeos ya hace tiempo que están funcionando de forma satisfactoria, por lo que es cuestión de tiempo que estén cada vez más presentes en nuestras carreteras.
En un principio sólo se instalarán en túneles porque son los puntos más delicados pero también llegarán a carreteras “abiertas”.
Vía: Europa Press