Es la pregunta que han intentado responder en LeaseTrader, una empresa estadounidense dedicada a dar salida a coches de leasing de los que sus dueños se han cansado. Son una especie de asesor matrimonial para dueños de coches, así que han debido recopilar información de primera mano acerca de lo que ha pasado con la relación con nuestro coche. El estudio se ha llevado a cabo con una muestra – suponemos que representativa – de 2.500 hombres y mujeres.
Cuando compramos un nuevo coche, el efecto en tanto hombres como mujeres es similar al enamoramiento. En un principio todo son cariños e ilusión, amor ciego. Esta es la fase en la que nuestro coche recibe los mayores cuidados, es tratado con mimo, limpiado cada semana a fondo, y ni se nos ocurre dejarlo a nadie. Este periodo lo denominan “luna de miel”, y en los hombres representa un periodo de unos cuatro meses. Es entonces cuando aparecen los primeros indicios de que hemos perdido la chispa con nuestro coche.
Comienza la rutina para los hombres cuando:
- Lo aparcamos cerca de otros coches (33%)
- Transportamos equipamiento deportivo o voluminoso (22%)
- Lo limpiamos menos frecuentemente (17%)
- Empiezan a importarnos las letras de pago (12%)
- Dejamos de luchar por ver quién conduce en viajes largos (3%)
- Dejan a su marido conducir (39%)
- Llevan a otros niños en el asiento trasero (24%)
- Comen en el coche (12%)
- Se ponen maquillaje mientras conducen (9%)
- Dejan prendas en el coche (6%)
- Empiezan a fumar en el coche (2%)
Un estudio curioso sin más, tampoco debemos tomarnos en serio sus conclusiones. Además, no creo que si de verdad te gustan los coches – y lo has comprado, no lo tienes en leasing – el periodo de luna de miel puede nunca terminar. Sí, con el tiempo empezamos a ver defectos a nuestro coche y empezamos a mirar a otros coches, pero como se suele decir, “que me haya llevado el pastel no implica no mirar a la pastelería”. ¿Qué opinas de las conclusiones de este estudio?
y2a -Vía: LeaseTrader -> Wired