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El gobierno norteamericano está impulsando una iniciativa de seguridad vehicular que fue propuesta por primera vez en el año 2005. Se trata de la capacidad del techo del automóvil sobre cuánto peso puede aguantar sobre sí mismo, en caso de vuelco.
Actualmente las regulaciones técnicas, en las que se basan los fabricantes, dicen que un techo debe aguantar 1.5 veces el peso total del coche. La nueva regulación que se quiere imponer es que la estructura del techo aguantará el doble del peso del coche.
Los fabricantes han mantenido un cierto hermetismo; probar esto en la vida real no es tan fácil como parece. Medir las fuerzas que actúan sobre el techo en una volcadura no es lo mismo que cuantificar el impacto contra una plancha de concreto como en un crash-test. Además en un vuelco intervienen muchos más factores fortuitos como para saber cuál es la mejor manera de que el techo no se deforme fatalmente.
Para abril del 2009, la National HighwayTraffic Safety Administration de USA tiene la obligación de imponer este estándard de seguridad. Como dato adicional, sólo un pequeñísimo porcentaje de víctimas en vuelcos han fallecido por la deformación del techo. En estos casos, lo más común es que los ocupantes que no llevan los cinturones de seguridad, sean lanzados fuera del vehículo.
