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          Cómo reconocer y combatir la fatiga al volante

          Cómo reconocer y combatir la fatiga al volante  CONSUMER.es EROSKI

          La fatiga aumenta el tiempo de reacción y disminuye la capacidad para procesar información y calcular distancias y velocidades

          Seis de cada diez conductores no identifican los síntomas de la fatiga

          La fatiga generada por la falta de descanso y de sueño, los atascos, el calor excesivo o la deshidratación, entre otros factores, están detrás del 30% de los accidentes de tráfico, por encima de otras causas como el estado de las carreteras o las condiciones meteorológicas adversas. El principal problema de la fatiga es que es un enemigo silencioso. De hecho, el 64% de los conductores no identifica sus síntomas. 

          Los desencadenantes de la fatiga

          • La falta de sueño
          • La ausencia de descanso durante los trayectos largos
          • Las comidas copiosas y pesadas
          • La deshidratación
          • El consumo de alcohol
          • La ropa inadecuada
          • El excesivo calor y luz de las horas centrales del día

          La fatiga ha hecho acto de presencia si...

          • Siente necesidad de moverse y cambiar de postura constantemente mientras conduce.
          • Tiene sensación de brazos y pies dormidos
          • No para de tocarse la cara o el cuello
          • Nota malestar y cansancio general
          • Tiene tensión en el cuello
          • Le pican los ojos, y parpadea de forma constante
          • Tiene zumbido de oídos
          • Le "pesa" la cabeza
          • Comienza a sentir somnolencia, bosteza y se estira con frecuencia
          • Se equivoca al cambiar las marchas
          • Le cuesta concentrarse en la carretera, y realiza maniobras casi inconscientes

          Cómo evitar su aparición

          • Antes de emprender un viaje largo, duerma lo suficiente. No se pongas al volante después de una jornada de trabajo sin haber descansado.
          • Cargue el equipaje en el coche la noche anterior a la salida. Evitará arrancar por la mañana con un estrés suplementario porque no le entran todos los bultos, porque se alarga la tarea de carga y ya sale con un retraso que no había previsto.
          • Al volante vista ropa cómoda y ancha. Las prendas estrechas y ajustadas impiden la libertar de movimientos, pueden dificultar la circulación de la sangre y generan estrés en el conductor.
          • Procure no viajar en los momentos del día en los que el nivel de vigilancia es menor, esto es, entre las dos y las cinco de la madrugada y entre la una y las cuatro de la tarde.
          • Evite las horas más calurosas del día para viajar, sobre todo si su vehículo no dispone de aire acondicionado.
          • Ajuste bien el asiento, el reposacabezas y el volante de su vehículo.
          • Conduzca a la velocidad recomendada (cuanto mayor es la velocidad, mayor atención se requiere y antes aparece la fatiga).
          • Mantenga la temperatura la temperatura interior del coche entre 20 y 21 grados.
          • Si toma medicamentos compruebe si afectan a la conducción.
          • No se engañe, la música fuerte o el aire fresco en la cara sólo sirven para maquillar temporalmente una realidad.
          • Cada dos horas, o cada 150 ó 200 kilómetros, realice paradas de entre 10 y 15 minutos. Las personas mayores deben parar cada hora u hora y media.
          • Si viaja con niños las paradas deberán ser más numerosas que en una situación normal. Los más pequeños no entienden y, si se aburren, están cansados o no se encuentran bien, dan la lata alterando los nervios del conductor.
          • Para que el descanso sea efectivo, cuando salga del coche dé un paseo, muévase y realice algún ejercicio. Si tiene síntomas de somnolencia, no lo dude, una pequeña siesta de entre 15 y 20 minutos son lo mejor para restaurar los niveles de vigilancia.
          • Refrésquese la cara con agua fría.
          • Evite las comidas copiosas y pesadas.
          • Tan importante como no comer en exceso es evitar la hipoglucemia, es decir, unos niveles muy bajos de azúcar en sangre. No obstante, tampoco abuse de productos azucarados. Los glúcidos -féculas y azúcares- favorecen la somnolencia entre media y una hora después de su ingesta.
          • Beba agua en abundancia para que la deshidratación no cause fatiga muscular y somnolencia.
          • Nunca pruebe el alcohol si va a conducir.
          • Tenga a mano algún caramelo o chicle para tomar cada cierto tiempo. Según un estudio del Grupo de Seguridad Vial y Accidentes de Tráfico (GSVAT), tanto masticar como saborear mantienen los niveles de atención del conducto y reducen el riesgo de quedarse dormido al volante.
          • Lleve siempre gafas de sol. Úselas especialmente a las horas centrales del día para reducir la fatiga de la vista.

          Debe saber que...

          • Entre las 4 y 6 horas de conducción, el tiempo necesario para calcular las distancias y las velocidades aumenta en un 63%, el tiempo de reacción aumenta un 86%, y se reduce a un 60% la atención selectiva y la capacidad de procesar información relevante para la conducción.
          • La falta de hábitos como descansar cada dos horas, hacer estiramientos y tomar líquidos (sin alcohol) incrementa entre un 10% y un 14% el riesgo de sufrir un accidente.
          • Según un estudio del RACE, al cabo de 17 horas despierto y en actividad, los reflejos disminuyen tanto como si tuviéramos 0,5 gramos de alcohol en sangre.