Parabrisas sin limpiaparabrisas gracias a la nanotecnología
Qué casualidad que precisamente ahora que están a punto de cumplirse los 100 años de la invención del limpiaparabrisas (se dice que el príncipe Enrique de Prusia registró la patente el 24 de marzo de 1908) aparezca un parabrisas que, gracias a la nanotecnología, pueda prescindir de este elemento.
Su diseñador, Leonardo Fioravanti (colaborador de Pinifarina), lo denomina Hidra y asegura que su superficie se mantiene limpia sin necesidad de escobillas.
El secreto está en su forma aerodinámica y en las cuatro capas que lo componen.
La primera capa repele el agua y filtra la luz solar. La segunda contiene con un polvo especial desarrollado mediante nanotecnología que desplaza las partículas de suciedad hacia los bordes del parabrisas. La tercera detecta las partículas extrañas y activa la segunda capa. La cuarta y última es una superficie que transmite la electricidad que se necesita para el proceso.
Fioravanti asegura que este parabrisas podría comenzar a producirse en serie dentro de cinco años. Esperaremos impacientes, aunque solo sea para poder librarnos de los pelmazos que nos asaltan, cubito en mano, en los semáforos y de los que reparten folletos publicitarios por los coches sujetándolos con las escobillas.