Ante una situación de peligro es indispensable mantener la calma y actuar con prudencia durante los primeros segundos
Ningún conductor, por experimentado que sea, está libre de verse envuelto en una situación de emergencia o peligro al volante. Los primeros segundos son decisivos porque las situaciones de emergencia exigen, por regla general, una acción rápida. Ante el riesgo de sufrir graves accidentes por el cruce de un animal en la calzada, rotura del parabrisas o problemas con los frenos en carretera, es importante memorizar cuándo y cómo actuar en cada caso.
Obstáculos en la calzada
- Pise el freno al máximo evitando bloquear las ruedas. Si su coche dispone de ABS hágalo a fondo. Si no lleva ABS, cuando tenga el obstáculo cerca levante ligeramente el pie del freno y maniobre para esquivarlo. Apoye el peso del cuerpo sobre los pies y realice un giro de volante que no exceda de media vuelta. Durante toda la maniobra evite mantener la vista puesta sobre el obstáculo, céntrese en la dirección que pretende seguir. Una vez sorteado el obstáculo, devuelva el volante a su posición original con un movimiento corto y rápido para recuperar la estabilidad de su vehículo.
- Si el obstáculo es un animal, haga sonar el claxon al tiempo que disminuye la velocidad.
- Si es de noche, cambie las luces de largas a cortas, para evitar que al ser deslumbrado el animal permanezca inmóvil.
- Si se trata de un animal pequeño y la velocidad de su vehículo es alta y no le es posible evitar el atropello sin frenar bruscamente ni hacer virajes peligrosos, sujete firmemente el volante y continúe recto.
- Si el animal es grande -un jabalí o una vaca-, intente esquivarlo o, al menos, intente evitar un golpe frontal y su penetración por el parabrisas. Si el terreno lo permite y sólo puede esquivarlo por la derecha, aligere la presión del freno.
Dirección rota
- Aunque es difícil que esto ocurra, si se produce la rotura y el vehículo sigue su trayecto por la carretera, frene suave y progresivamente. Actúe de igual manera si el coche desvía su ruta hacia una cuneta poco profunda.
- Si el vehículo se dirige hacia el carril contrario y no lo puede detener, pise el embrague y tire con fuerza del freno de mano. Mientras, provoque un balanceo con su cuerpo para que el coche derrape hacia donde más le convenga, y así conseguir un cambio de trayectoria. Ayúdese acelerando con una marcha corta.
Los frenos no funcionan
- Accione intermitentemente el pedal del freno. Hágalo rápida y frecuentemente.
- Con el freno de mano actúe de manera progresiva y rápida, pero no de forma violenta.
- Cambie a una velocidad menor para aprovechar la acción de frenado del motor.
- Si no tiene otra opción, desvíe con el coche fuera de la carretera, hacia el lugar que le parezca más adecuado. Es preferible que dañe el coche que dejarlo rodar sin frenos, exponiéndose a un grave accidente.
Cristales rotos
- Si se produce una rotura de cristales, sobre todo de la luna delanteras, debe conservar la calma, al tiempo que busca una zona del cristal donde vea mejor. Dirija el vehículo y deténgalo en un lugar seguro.
- Si la visibilidad es nula, golpee el cristal con fuerza para abrir un hueco.
- Si en la luna quedan restos de cristales, modere la velocidad, pues la presión del viento podría hacer que cedieran y le ocasionaran heridas.
Incendio
- Si observa que huele a quemado, sale humo o llamas, detenga el coche, haga que se bajen sus acompañantes, desconecte el motor y desbloquee la apertura del capó.
- Si se ha producido un incendio y está próximo al depósito de gasolina, aléjese rápidamente del coche.
- Si el fuego acaba de producirse y es pequeño use un extintor. Agítelo, desprenda el precinto, y dirija el chorro por debajo del "morro" del coche, en dirección al motor. A continuación, abra unos centímetros el capó (no lo abra completamente porque puede avivar el fuego) y lance un chorro hacia el interior.
- Si no dispone de extintor y el fuego no es muy intenso utilice tierra o mantas.
- Ante un coche en llamas y con ocupantes en su interior, rompa los cristales de las ventanillas (las lunas delantera y trasera son más resistentes) con un objeto contundente.
Cae un peatón bajo las ruedas
- Ante un inminente atropello, frene al máximo.
- Si no ha podido detener el coche a tiempo, levante el pie del freno cuando el peatón se encuentre bajo las ruedas.
El coche se para en un paso a nivel
- Si las barreras están levantadas, meta la segunda velocidad, suelte el embrague y accione de forma continuada el motor de arranque. Si no consigue salir, pida ayuda para empujar el vehículo fuera de las vías.
- Con las barreras ya bajadas no lo dude, abandone el vehículo rápidamente y corra a un lugar seguro.
El coche cae al agua
- Mientras flota, quítese el cinturón y trate de salir por una puerta o ventana.
- Si no lo consigue y el coche se sumerge, respire de la bolsa de aire que se forma en la parte más alta de éste, hasta que el agua invada todo el habitáculo, se iguale la presión y pueda abrir la puerta para salir a la superficie.
Lluvia
Pérdida de adherencia
- Modere la velocidad y maneje con suavidad el volante y el freno.
- Si el vehículo patina, levante ligeramente el pie del acelerador y sujete firmemente el volante.
Pérdida de eficacia de los frenos
- Aumente la distancia de seguridad.
- No pise el freno a fondo ya que se bloquearían las ruedas.
- Dé "toques" suaves y frecuentes al freno para eliminar la humedad de las pastillas.
El coche patina
- No toque el pedal del freno, ni levante el pie del acelerador.
- Gire en el volante en la misma dirección en que se mueven las ruedas traseras al deslizarse.
- Cuando el coche empiece a enderezarse, gire el volante en dirección opuesta para evitar un nuevo patinazo en sentido contrario. Afloje ligeramente el acelerador, pero no retire el pie bruscamente.
Placa de hielo
- Utilice una marcha larga que le permita circular entre 1.500 y 2.500 rpm para que los movimientos se transmitan con la máxima suavidad.
- Si no le queda más remedio que frenar, pise con muchísima suavidad el pedal del freno.
- Si el coche sobrevira, es decir, la parte trasera trata de adelantarle, gire el volante en sentido contrario. En una curva a la derecha, lo más normal es que la parte trasera se vaya hacia el exterior de la curva, por lo que debe girar el volante hacia la izquierda hasta que el coche se coloque correctamente. Una vez que haya recuperado la trayectoria, enderece el volante y acelere levemente para recuperar el control.